DÍA INTERNACIONAL DE LOS ARCHIVOS. El perfil de un archivero del siglo XIX
La Diputación de Sevilla, a través de su Servicio de Archivo y Publicaciones del Área de Cultura y Ciudadanía, ha editado el volumen titulado 'El Gobierno de los Arzobispos de Sevilla en tiempos de la Iustración (1755-1799)', una investigación que constituye el primer trabajo de conjunto sobre las estructuras económica y pastoral de la archidiócesis hispalense del momento, la segunda mitad del silgo XVIII, que abarcaba las actuales provincias de Sevilla, Huelva, parte de Cádiz y algunos municipios de Málaga.
Se trata de un trabajo de investigación que firma Carlos Luciano Ladero, doctor en Historia por la Universidad de Sevilla y estudioso de las estructuras eclesiásticas y las actitudes religiosas de la Modernidad, especialmente del siglo XVIII, que obtuvo con esta monografía el Premio 'Archivo Hispalense', en su edición de 2015, en la Sección de Historia, un concurso que convoca la Diputación de Sevilla y que es uno de los más veteranos de España y de los más prestigiosos entre los investigadores locales, con los que se conceden cuatro galardones, dotados con 3 mil euros cada uno, y cuatro accésits, dotados con algo más de mil euros, en las secciones de Historia, Arte, Ciencias Sociales y Literatura.
Creemos que el Día Internacional de los Archivos debe ser para los archiveros un día de celebración pero también de reflexión sobre nuestra profesión y, al mismo tiempo, de reivindicación del papel que desempeñamos en la sociedad. En este documento que traemos hoy, se habla de archivística, de archivos y de archiveros, y en él queda patente el orgullo de un profesional de los archivos por la formación recibida y por el trabajo que desempeña.
La solicitud del valenciano Joaquín de Alcántara y Bori al Ayuntamiento de Guadalcanal para cubrir la plaza de archivero, contiene una relación de títulos, materias y conocimientos (archivística, historia, paleografía, diplomática, derecho, idiomas, etc) que reflejan la de un archivero erudito y, además, avisa de los peligros que entraña poner al frente de un archivo a personas no instruídas, como él mismo puso de manifiesto en la queja presentada ante el Ayuntamiento de San Cristobal de la Laguna, en 1832, debido a la actuación de un mal archivero.
El documento que presentamos, en papel impreso, no lleva fecha, pero podría datarse entre los años 1830 a 1840, aproximadamente (Archivo Municipal de Guadalcanal, leg. 417). Sabemos que es posterior a 1830 porque en ese año se publica la obra de Facundo de Porras Huidobro (Disertación sobre archivos y reglas de coordinación), que contiene conceptos y párrafos que parecen copiados por el solicitante, o, al menos, le pudieron servir de inspiración. El mismo autor, en 1821, hablaba de la Archigrafía como parte de la Ciencia Anticuaria, junto con la Diplomática y la Paleografía; en la misma linea aparece Joaquín de Alcántara. Por otra parte, no debe pasar desapercibida la doble vertiente de los archivos y que aparece también reflejado en el documento: por una parte, la de ser fuente para la historia (o dicho de otro modo, como también se conoce en la historia de la archivística del siglo XIX, Laboratorio de la Historia) y por otra, la de ser garantía de los derechos no solo de la administración sino también de los particulares, constituyendo una finalidad eminentemente práctica.
Esperamos estar a la altura del archivero como sujeto de calidad, capacidad y fidelidad extraordinaria para poder gozar del lugar que se merece en la sociedad...en el primer rango de los funcionarios públicos, dispensándole todo género de distinciones.
(Archivera: Mª Luisa Pedrero Hartillo. Servicio de Archivo y Publicaciones)