En la céntrica y bulliciosa plaza del Salvador, frente a la monumental fachada de la antigua colegiata del Divino Salvador, se levanta la iglesia de Nuestra Señora de la Paz; no obstante, y a pesar de su privilegiada ubicación, nos encontramos con un templo poco conocido y valorado por los sevillanos. Dicha iglesia forma parte del complejo hospitalario construido por la orden de San Juan de Dios desde las últimas décadas del siglo XVI, permaneciendo en la actualidad como una moderna residencia dirigida por los propios hermanos de San Juan de Dios. A pesar de los numerosos cambios sufridos a lo largo de su historia, que han ido transformando y enriqueciendo tanto su interior como su exterior, con especial incidencia en el siglo XVIII, el histórico templo hospitalario conserva todavía hoy en día la estructura esencial de lo levantado por Andrés de Oviedo, maestro albañil que dirigió las obras desde sus comienzos en mayo de 1611 hasta su conclusión en junio de 1613. Junto a su notable arquitectura, siendo uno de los primeros interiores columnarios en Sevilla, destacando igualmente su exterior, con la singularidad de su fachada y sus dos torres, podemos subrayar el destacado patrimonio que atesora en su interior, con obras de algunas de las figuras de mayor interés en el contexto de la historia del arte sevillano, amén de otras muchas personalidades de talento más discreto y secundario, que también intervinieron en la configuración y conservación del esplendido patrimonio artístico de esta iglesia hospitalaria.