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Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y arte

AUTORAS: Ricarda López González (textos) y Rosa M. Toribio Ruiz (fotografías)

En la provincia de Sevilla se proyectaron 19 pueblos de colonización entre 1952 y 1965 en tres zonas regables. Torre de la Reina, Esquivel, El Viar y San Ignacio del Viar en la Zona Regable del Viar. Guadalema de los Quintero, El Trobal, Chapatales, Trajano, Adriano, Maribáñez, Vetaherrado, Pinzón, Marismillas, Sacramento y San Leandro en la Zona Regable del Bajo Guadalquivir. La Vereda, Vegas de Almenara, El Priorato y Setefilla en la Zona Regable del Bembezar. La construcción de estos poblados supone la intervención urbanística más importante realizada en España en el medio rural. Simbiosis entre la Arquitectura Popular y la Arquitectura del Movimiento Moderno, fueron un gran campo de experimentación de la arquitectura y el urbanismo contemporáneo, donde junto a José Tamés Alarcón, arquitecto-jefe de los Servicios Técnicos del Instituto Nacional de Colonización, y José Luis Fernández del Amo trabajaron una serie de arquitectos jóvenes tan importantes como Alejandro de la Sota, Pablo Arias García, Fernando de la Cuadra, Aníbal González Gómez, Antonio Fernández Alba, Fernando de Terán, Rafael Olalquiaga o Jesús Ayuso Tejerizo entre otros. Asimismo hay que resaltar la monumentalidad de sus iglesias y el gran valor patrimonial que poseen, gracias a la labor de artistas colaboradores como Antonio Suárez, Santiago del Campo, Arcadio Blasco, José Luis Sánchez, Teresa Eguibar, José Espinós, Ángel Atienza, Antonio Hernández Carpe, Lorenzo Frechilla, José Mª de Labra, José Luis Vicent o Julián Gil entre otros. Muchos de estos artistas han alcanzado fama tanto nacional como internacional, introdujeron la plástica contemporánea revolucionando el arte religioso y forman parte de la vanguardia española de la segunda mitad del s. XX. Nuestro objetivo es que se conozca y valore este patrimonio arquitectónico y artístico tan actual, como desconocido. Un desconocimiento que hace que sea poco valorado, cuando no menospreciado. Es primordial, para evitar pérdidas o destrucciones irreparables, identificar, conservar y proteger estas obras, cuyo factor más importante de deterioro suele ser la indiferencia más que el paso del tiempo.